La principal causa por la que se acude a terapia es porque desarrollamos un modo de estar en el mundo, que seguramente nos sirvió en un momento dado para adaptarnos a él, pero que sin ser conscientes muy bien de ello, lo hemos hecho rígido. Pero el cambio es lo único estable, y para poder adaptarnos a él nos tenemos que hacer más flexibles.
Esto, a su vez, supone una restricción de nuestro autoconcepto, es decir, que nos anclamos en una serie de características con las que nos identificamos y funcionamos, olvidando de este modo, que en realidad somos eso y muchas más posibilidades.
Quien activamente produce un cambio de conciencia podrá transformarse a sí mismo en «alguien nuevo», tomando en cuenta que ese alguien nuevo obedecerá SIEMPRE a la propia necesidad de la persona de generarlo.
El objetivo de la terapia Gestalt es enseñar a la persona a centrarse en el presente, y a tomar conciencia de sus sentimientos y deseos, para mejorar la coherencia entre lo que siente y piensa y cómo actúa.
Cuando recurrimos a la terapia es porque hay uno o varios aspectos en nuestra vida con los que no estamos a gusto y nos provocan problemas, tensiones, conflictos, tristeza, preocupaciones.....suelen ser sensaciones desagradables las que acompañan a todas estas situaciones y principalmente la dificultad de saber qué hacer con todo eso. Sobre todo porque antes ya hemos intentado solucionarlo solos y no nos ha sido posible.
La «magia» de la psicoterapia es que ofrece la posibilidad de pasar por una misma situación respondiendo de manera diferente.
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